Cómo trabajan los cristales y minerales

Las piedras preciosas han ocupado lugares destacados en los rituales religiosos y ceremoniales de todas las culturas humanas. Se dice que los Atlantes utilizaban los cristales para transformar la luz solar en energía.

Al cuarzo en la Grecia clásica, le daban el apelativo de "Hielo Eterno", por considerar que era un regalo de los dioses olímpicos. Los egipcios tallaban cálices y vasos sagrados en cuarzo con la creencia de que el agua contenida en ellos se impregnada de una energía positiva que prolongaba la vida. Los antiguos sacerdotes druidas veían en los cuarzos los mejores amuletos contra el poder de los demonios. Los hindúes todavía utilizan las piedras preciosas como armonizadores de los chacras que rigen la energía del cuerpo. Los cristales han sido utilizados como herramientas de curación desde hace siglos. Ahora, sin embargo con los avances de la ciencia, la geología y la física cuántica, nuestra impresión de los cristales comienza a ser comprendida también desde nuevas perspectivas

 

 

 

Acerca de las propiedades curativas de los cristales se ha escrito mucho. El tema ha motivado por décadas una proliferación de explicaciones místicas, mágicas, científicas , explicaciones que intentan exponer de alguna forma, el mecanismo con el que funcionan las piedras. Las teorías más populares tienen que ver con el "efecto piezoeléctrico", es decir la habilidad de un cristal de producir una carga eléctrica en respuesta a la presión mecánica, o el "efecto piroeléctrico" la habilidad de un cristal de generar voltaje en respuesta a cambios de temperatura.

Otras corrientes vinculan a los cristales con la facultad cristalina de centrar la energía o el efecto placebo. Muchos simplemente, hablan de magia.

Quizás la manera más sencilla de explicar cómo es que nuestro organismo responde ante las vibraciones de los cristales, sea reconocer que los cristales y nosotros compartimos elementos comunes; que si bien las personas somos seres orgánicos y los minerales inorgánicos, todos estamos formados de los mismos materiales que se reciclan en la Tierra.