martes, 17 de junio de 2014

Cómo las piedras preciosas ayudan a sanar

Hay muchas formas de trabajar con las piedras preciosas, sea en terapias curativas, en la decoración del hogar o en la limpieza energética de cualquier espacio. La energía que irradia la piedra preciosa puede compararse con el campo magnético que irradia un magneto o imán. Las piedras preciosas irradian fuerza vital positiva de manera constante y suave. Una piedra preciosa o cuarzo situado en una habitación puede cargar el entorno de energías positivas y con ello hacer armónicas y flexibles las relaciones de las personas que lo ocupan. Las piedras también pueden potenciar sesiones de meditación, terapia de reiki, sanación cuántica, además puedes llevar piedras preciosas o cuarzos pequeños, como colgantes, en el bolsillo o dentro del bolso de mano
 
Las piedras preciosas y cuarzos son canales de energía, capaces de concentrará, almacenarla, transmitirla o transmitirla, por ello es posible ayudarnos de ellos para obtener efectos benéficos de curación y regeneración. Al interferir con nuestra propia energía cada piedra preciosa permite trabajar con una frecuencia determinada, por ello, cada piedra tiene una aplicación terapéutica diferente.
La terapia con minerales está basada en el concepto de que cada célula del cuerpo vibra con su propia frecuencia y que cuando esa frecuencia natural se desequilibra, experimentamos la enfermedad.
El organismo humano es perfectamente capaz de combatir cualquier enfermedad; las piedras preciosas y cuarzos únicamente se colocan sobre el cuerpo para modificar y corregir nuestras frecuencias de vibración alteradas y con ello acelerar los procesos orgánicos que eventualmente habrán de ocurrir.
Las piedras preciosas o cuarzos se convierten en grandes aliados por la facultad de ayudar al cuerpo a acelerar su capacidad de repararse a si mismo.
Curarse con cuarzos es un proceso suave y no agresivo que genera equilibrio en todos los niveles y sirve de apoyo a los sistemas internos de curación propios del cuerpo. La curación con cuarzos y piedras preciosas nos ayuda con enfermedades y dolencias físicas, como con las indisposiciones de la mente, siendo materia eficaz en materia de desbloqueo de emociones. Los cristales interactúan con el campo de energía humano para curar, calmar, estimular y ajustar las energías dentro del mismo y devolver el equilibrio al cuerpo.  Operan sobre las actitudes, emociones y la mente al infundir una sensación de bienestar, neutralizar la negatividad, disipar la depresión y ayudar a la coordinación, tanto mental como física. Uno de los pasos primordiales para sanar consiste en volver a alinear los chacras y el sutil revestimiento de energía que rodea al cuerpo físico; otro consiste en lidiar con factores subyacentes al malestar: el efecto psicosomáticos de la mente y las emociones del cuerpo 
    


No hay comentarios.:

Publicar un comentario