viernes, 20 de junio de 2014

Cómo limpiar tus piedras preciosas y cuarzos

Una vez que has seleccionado tus piedras preciosas o cuarzos y los has llevado a sus casas, lo recomendable es limpiarlos, hay un puñado de personas que han entrado en contacto con las piedras antes que tú. Lavar las piedras no solo implica eliminar el polvo de suciedad o los restos de grasa, también las energías que posiblemente las piedras hayan absorbido en el camino hasta llegar a sus manos.
 

Los cristales, piedras y cuarzos se limpian de manera sencilla. Primero es importante desempolvarlos, el polvo se adhiere a la piedra con una carga electrostática que afecta de forma directa la propiedad de la piedra para generar electricidad. Así también los cristales empolvados  funcionan con menor efectividad cuando el polvo bloquea la luz y con ello reduce la cantidad de fotones que la piedra o cuarzo pueda concentrar.  Para desempolvar una piedra utiliza una escobilla pequeña de cerdas suaves; una vez desembolsado, la manera práctica de limpiar una piedra es sumergirlo en un recipiente con agua y un toque de detergente. Después solo necesitas lavarlo con agua simple hasta dejarlo reluciente, ponerlo a secar de manera natural al sol o secarlo gentilmente con una toalla.
 
Hay otros métodos que se conocen como los tradicionales: sujetar las piedras bajo una corriente de agua fría y visualizar como todos los restos de energía son arrastrados por el agua. Si considera que la piedra o cuarzo no está todavía del todo limpio, repite el proceso hasta sentirlo. La otra opción es dejarlos al sol, si se trata de cuarzos toma precauciones y no los desatiendas por un largo tiempo, ni los sitúese cerca de productos inflamables. Los cuarzos, principalmente las esferas, concentran los rayos del sol. Pueden convertirse en riesgo de incendio. 
 
También puedes dejar las piedras preciosas y cuarzos bajo la energía de la luna, sea llena o luna nueva. El humo del incienso y hierbas es otro sistema efectivo, solo debe rociar de humo el cristal. Si lo prefieres la tierra es otro método gentil y efectivo, entierra a la piedra o cuarzo por un par de semanas o ciclos de luna: enterrada con la luna llena y desentiérrala en la luna nueva. Hay quien prefiere depositar el cristal en una cama de amatistas, en un montón de cuarzos o dentro de una geoda.
 
El sonido es otra herramienta para aclarar los cristales y eliminar vibraciones indeseables, un canto, una percusión o el tintineo de campanas tibetanas funcionará bien. Algunos prefieren ayudarse solamente de su aliento, otros inclusive practicar Reiki sobre el cristal. Cualquiera que sea el método que elijas recuerda que lo importante es la intención al momento de limpiar. Las piedras deben limpiarse con frecuencia, en particular si están destinadas pasar fines curativos.
Nota: Es fácil darse cuenta cuando un cristal debe ser limpiado; éste pierde chispa, brillo y color. Puede incluso sentirse pegajoso al tacto. Si tu piedra o cuarzo es soluble al agua, evita emplear un método de limpieza que implique exponerlo a líquidos.
 
 

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